Pressbook

Un cuaderno de prensa

Hace días que este material promocional de Apenas un delincuente forma parte del paisaje de mi escritorio. Su portada es una combinación de aviso de “Buscado” y una crónica policial. Se trata de un retrato de José Morán, el sujeto en cuestión, debajo de la palabra “Extra” y un título: “Defraudación en la Agro-americana”.


Miro en detalle las fotos, mayormente sacadas de escenas de la película. Me detengo especialmente en la tipografía, en la forma de la letra e minúscula, bellísima; en el diseño levemente expresionista que combina trazos de crayón con diagonales pretenciosas. Pienso en la razón de ser de este programa de mano de lujo: ¿A quién estaba dirigido? ¿A la prensa? ¿A los exhibidores? ¿Se habrá repartido en el estreno?


Me gustan las fotos del detrás de escena más que los fotogramas, quiero saber cómo era una filmación hacia finales de los años cuarenta. Ellas me revelan que participaron bomberos para apagar el incendio de un coche, policías que supervisaron el armamento que se usó en el tiroteo final y que, en las escenas filmadas en Constitución se juntaron muchos curiosos ávidos de ver un rodaje.
Se resalta la valía de haber filmado en escenarios naturales y no en decorados: en una casa, en la estación de tren, en la calle, en la penitenciaría. Los textos, asimismo, develan las bases del argumento apenas (“Apenas”) alterado y bruscamente sintético. Se menciona la palabra dancing dos veces. Se hace hincapié en el azar. Una foto de Morán en el casino marplatense corona un epígrafe singular: “Y el 33 no salía”. El escolazo como idioma natural de la época es una invitación para ver la película.
Hay un fragmento que destaca las cualidades de su protagonista: “no tiene un solo vicio del teatro” y posee una prestancia como la de ciertas figuras de Hollywood, “pero en porteño”. De su performance se describe lo siguiente: “Rasgos finos, expresión cambiante, hablar un poco duro, como para adentro”. Podrían ser las líneas de un haiku gauchesco. Del director se dice poco, de sus autores, Apenas nada.


A través de WhatsApp me llega la foto de este cuaderno de prensa. Me la manda Zoro, mi amigo filósofo y cineasta que interpreta a Ramón en Los delincuentes, la película que hice como reversión deforme de este film de Fregonese. Me dice que su pequeño hijo hizo buenas migas en la plaza con otro niño. Que él y el padre del niño irremediablemente comenzaron a hablar. Ahora son conocidos y fueron invitados a su casa. En un momento, el padre del niño se levanta y vuelve raudo con un ejemplar de este cuaderno de prensa y señala la foto de José Morán en la portada: “Este es mi padre. Soy el hijo de Jorge Salcedo”. Zoro siente la necesidad imperiosa de sacarle una foto y enviármela de inmediato. No sabe que frente a mí está ese mismo cuaderno mirándome amenazante a la espera de este artículo. Probablemente estos sean los dos únicos ejemplares existentes en este mundo. Habría que ver si el 33 no sale hoy mismo en el casino de Mar del Plata.