
La campaña antártica del verano 1959-1960 tuvo características verdaderamente excepcionales, dada la presencia de escombros, bandejones y campos de hielo de gran densidad y extensión en zonas que, para la fecha de inicio de la navegación estival hacia las bases antárticas argentinas, se encontraban habitualmente despejadas. Apenas iniciada el derrotero, el día de fin de año, el rompehielos General San Martín acudió al llamado de auxilio del Polar Bjorn, buque noruego navegado por una tripulación sudafricana, que se encontraba atrapado. Fue liberado al día siguiente y el rompehielos siguió su rumbo sureste. Pero, a medida que avanzaba, el espesor y la cantidad de hielo impidió la navegación a tal punto que resultó imposible acercarse a las bases Elsworth y Belgrano para relevar al personal, quienes debieron permanecer allí un año más.

Pero esto era solo el comienzo. La situación en la zona de Bahía Margarita, donde se encuentra la Base San Martín, era aún más complicada. Allí la operación de relevamiento no podía demorarse dado que la casa principal se había incendiado y había tres miembros del personal que necesitaban atención con premura. La operación se inició a mediados de febrero cuando el rompehielos partió de Isla Decepción con buen tiempo, pero, a los cinco días de una navegación muy difícil, producto de innumerables escombros y un pack cada vez más denso, quedó atrapado en capas de hielo compacto que comenzaron a ejercer una fuerte presión sobre el buque. El casco crujía, la amenaza de hundimiento era real. Se habían preparado equipos y provisiones en cubierta para el caso en que hubiera que abandonar el buque. Durante dos días se lanzaron al mar congelado más de 600 toneladas de combustible, bolsas de cemento, tambores y agua dulce, con el fin de aligerar el peso y lograr que el buque subiera al bandejón para evitar que la presión de los hielos lo hiciera pedazos. Esta experiencia, que remite indudablemente al modo en que más de cuarenta años atrás había quedado atrapado el Endurance de Sir Ernest Shackleton en el Mar de Weddell, fue registrada en película color 35mm y 16mm blanco y negro.

A partir del material en 16mm, la División Radio Cinematográfica perteneciente a la Secretaría de Marina realizó un cortometraje que llamó descriptivamente: Fenómeno glaciológico atrapa al San Martín – Campaña 1959-60. El Museo del Cine guarda una gran cantidad de películas antárticas y, en la mayoría de los casos, dentro de las latas hemos encontrado información importante: datos de colorimetría, títulos posibles o alternativos, etiquetas de laboratorios, notas del director al editor o indicaciones sobre el revelado, etc. Pero en ocasiones el hallazgo resulta excepcional como es el caso de este pequeño y fascinante film: dentro del envase que contenía la película se halló una especie de guion o tratamiento escrito a máquina, lleno de anotaciones y correcciones manuscritas en los bordes realizadas con lápiz. Este material resultó de gran valor para comprender el armado de la versión final y poder completar el relato acerca de una de las aventuras antárticas más notables y menos conocidas del período.