Publicidad Cinzano (1963)

Nuestro Vermú

El vermú nació en Italia, pero es nuestro. Le pusimos un nombre, le inventamos un ritual con soda, lo tomamos como nadie y, cuando su historia parecía terminarse, lo empezamos a hacer acá, en el fin del mundo. En realidad, en este suelo hacemos vermú italiano con la fórmula de ellos y vermú local con las que aprendimos solos. ¿Acaso no resume esto mucho de lo que es la Argentina? Recibir, tomar, aprender, hacer. Intentar siempre ser en el mundo, pero buscar una manera propia. Como sea, como salga, como se pueda.
No hay una historia escrita del vermú en la Argentina, como tampoco las hay de la pizza o de las pastas. Hoy se podría escribir esa historia al revés, desde el final hasta el origen; desde el amor, la pasión y la devoción que le tenemos hasta el momento en el que nació en un país que aún no era tal. Me gusta pensar que la verdad sobre algo está más en aquello en lo que se transformó que en eso que fue o de dónde vino.

Publicidad Cinzano 
1963
Agencia CÍcero. Dirección creativa: Carlos Méndez Mosquera. Animación: Oscar Desplats. Diseño Gráfico: Sara Torossian. Intérpretes: Norman Briski, Ante Garmaz

En nuestro país hay un libro sobre Cinzano, una de las casas que produce esta bebida desde hace más tiempo y la que más se ha tomado acá. Mucho de lo que cuenta se armó a partir de las publicidades gráficas de la marca. Trabajé en ese libro y conocí lo poco que se ha escrito sobre la historia de los consumos populares en nuestro país. En ese recorrido, se ve como el vermú pasa de bebida importada, sofisticada y señorial a ritual hogareño y popular. La Argentina se formó entre inmigraciones, cruces de culturas y mestizaje para ser una sociedad dinámica y pujante. Y el vermú aparecía en todos lados, de las casas a los bares, de los restaurantes a los bailes, de una publicidad de hombres de copas en un club al cartel de una tribuna popular. Hay varias fotos de Maradona con el torso desnudo, dando una vuelta olímpica en 1981, en las que aparece el cartel de Cinzano de fondo.

Esta publicidad se estrenó en 1963, más o menos un siglo después de que esta bebida llegara al país. Es maravillosa por lo que muestra y por el momento en el que lo hace. Cruzando la mitad del siglo pasado, el aperitivo terminó de armarse como una gran categoría de bebidas y, como tal, tejió toda una cultura alrededor. Está la familia, el fútbol entre amigos y la pareja en el living de casa, el bar y la playa, la abuela y la nieta.
Hay publicidades que muestran dónde querrían que algo esté y forme parte. Pocas veces son creíbles y lo logran. Esta parece mostrar donde el vermú realmente ya estaba: en todos lados. En ella también se ve el cambio que atravesaba la sociedad. La animación, la música y la actuación de Norman Briski están a contrapelo de las escenas que presenta, más tradicionales. Ese contraste anticipa lo que se venía. La juventud que iba a ser protagonista en las décadas siguientes, en el país y en el mundo.

Con Oro, el vermú que promociona esta pieza, Cinzano respondía a Gancia, el otro gran aperitivo liviano que nació italiano, pero creció argentino, y que no paró de hacerlo en la segunda mitad del siglo xx. La pelea por el podio finalizó con dos reinados: Cinzano Rosso en los “oscuros” y Americano Gancia en los “blancos”.

En los años setenta, el vermú llegó a un pico de producción y consumo. Luego empezó a declinar. ¿Qué pasó? Esa historia tampoco está escrita. Vista desde el presente, en el que el vermú vuelve a brillar entre la gente de distintas generaciones y en todo el país, el futuro estaba en aquello que el vermú podía llegar a ser, en ser para más personas. El vermú nació en Italia, pero en la Argentina tiene vida propia.