Sucesos Argentinos N 1357

Sucesos Argentinos N° 1357. 1964
Ya consagrado desde la fecha anterior, Boca celebra un nuevo campeonato con una victoria ante Chacarita.

TÁCITAMENTE CAMPEONES

Lo que se oye y lo que se ve coinciden y divergen, se superponen y se disocian, confluyen y se bifurcan, se complementan y se refractan. Lo que se oye: la marcación vigorosa de una marcha deportiva con predominio de metales en una orquesta que enfatiza fanfarria. Lo que se ve: un hincha que, en la tribuna, empuña su sencilla corneta y la suma al fervor general. Está entonces la banda sonora que aportan los medios masivos, en este caso en un segmento de información deportiva; y está (inaudible pero visible) la música de la popular, la música de lo popular. Son dos planos, pero se combinan: la cultura de masas en los medios y la cultura popular en la cancha. Trompetas y trombones como música de fondo de la noticia, y entretanto la corneta en primer plano de la pantalla, carnavalizando la escena.


Dos planos, siempre dos planos. Dos vehículos: por un lado, un auto de colección, de avance sereno y elegante; por el otro, un camión abarrotado, desbordado y desbordante. Dos figuras: por un lado, una mujer laxa y espléndida (y no cualquiera, es Zulma Faiad, estrella de la cultura de masas); por el otro, una novia en plena celebración, tradición de travestismo de las fiestas populares, tradición de la novia travesti en las fiestas de campeonato de Boca. Dos fuegos: por un lado, los fuegos artificiales diseñados para ofrecer un espectáculo en el cielo del triunfo; por el otro, las fogatas populares encendidas con papel de diario en la escalones de una tribuna. Dos vueltas: la de los jugadores en el campo de juego, la de los hinchas en las calles del barrio. Dos expresiones: la oficial y la popular, el rito y su carnavalización.


¿Puede algo ser recurrente y a la vez excepcional? ¿Puede algo ocurrir una y otra vez y al mismo tiempo ser, cada una de esas veces, un hecho fuera de lo común, un hecho siempre extraordinario, un suceso argentino en su máxima expresión? Es posible, sí. Es posible. Si hay algo por demás recurrente en la historia social argentina es que Boca salga campeón. Y cada vez que sale campeón, se desata en el país una fiesta popular que es única y es fabulosa.


El archivo aporta su imagen del año 1964: derechazo de Rojitas, las manos del arquero vencidas, la explosión en la tribuna, la fiesta de Boca campeón. La memoria reciente le adosa otra imagen, de marzo de 2020: en ese mismo arco, el del Riachuelo, y desde ese mismo lugar, otro derechazo, esta vez de Carlos Tévez, otras manos doblegadas de un arquero, la explosión en la tribuna, la fiesta de Boca campeón. Pasado y presente, sí; o una especie de eternidad en la que un mismo acontecimiento se repite y se repite sin perder singularidad.


“Somos la mitad más uno, somos el pueblo y el carnaval”. No se dice por decir, no se canta por cantar. Festejos existen varios, incluso en el mundo del fútbol. Pero la fiesta de lo popular como tal, con su corrosión carnavalesca a pleno, tiene su sede en la cancha de Boca. En la visión en blanco y negro de una filmación de otro tiempo o en la experiencia infinita del título de tal año o de tal otro, el título de cada vez, de cada tiempo, de todos los tiempos.